“...ensartaba recuerdos en un
largo collar de melancólicas piedras...”
“El narval”. La máquina de languidecer. Ángel Olgoso
Ya me líe… otra vez o como siempre.
Pero no me siento responsable, no es por mi culpa, soy sólo un
arte-facto producto de estos tiempos, donde —volviendo a épocas oscuras donde
la ahora llamada doctrina de la Fe más conocida como Santa Inquisición— bastaba
con pedir perdón para lavar conciencias, y cargos públicos y dinero negro en
cuentas suizas. O sea, la semana pasada.
Pero dejemos los recuerdos que en plumas más certeras se ensartan
para formar collares de melancólicas piedras.
Vayamos mucho más allá, tan lejos como la semana que viene. Les
propongo un viaje en el tiempo a través de las letras y las buenas compañías.
Una ocasión de las pocas en las que Ángel Olgoso se deja ver por los patíbulos,
perdón, prostíbulos, perdón, probóscides, perdón, proctólogos, perdón… atrios
públicos para hablar de su obra.
Será en Granada, se contará con la presencia del autor y con la
inestimable y siempre encantadora presentación del poeta Juan Carlos Friebe. Y
será en la Sala Cultural Nueva Gala en la que tantas otras buenas veladas se
han dado. Será a las 8 de la noche del viernes 15 de marzo.
Una tarde-noche que tiene toda la pinta de convertirse en una,
otra, ocasión para compartir con amistades y una, otra obra maestra de la
literatura de la mano de Ángel Olgoso.
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